Una casa pasiva ahorra energía y dinero: Passive House es el stándard de ahorro energético líder en el mundo, reduciendo los consumos entorno a un 80% respecto a los níveles obligatorios exigidos por la normativa. Realizando un correcto diseño, la inversión necesaria se amortiza a los pocos años (más aún considerando la rápida ascensión de precio que sufren los recursos energéticos).
La potencia de calefacción que se necesita suministrar es tan reducida (10kW/m2), que es posible prescindir de sistemas climatización convencionales (radiadores, fancoils, suelo radiante, etc) y conseguir calefactar el edificio mediante el sistema renovación del aire, que está dotado de un recuperador de calor de alta eficiencia.
Alto confort ambiental interior: Los grandes ahorros en el consumo se producen por el uso de soluciones constructivos eficientes, y de un sistema de ventilación de avanzada tecnología, lo que acarrea un confort notablemente incrementado respecto a un edificio convencional. Los buenos niveles de aislamiento hace que la temperatura radiante de las superficies de la envolvente esté equilibrada y no presente diferencias significativas entre ellas (<3ºC), lo que garantiza altos niveles de confort.
Debido a la mayor temperatura de las superficies interiores y al sistema de ventilación, se reduce la posibilidad de aparición de humedades en las superficies de los componentes.
La ventilación mecánica y controlada garantiza un aire interior sin polvo ni polen y en perfectas condiciones, lo que favorece a las personas que sufren de alergias o asma, sino que también evita la baja calidad del aire en los dormitorios durante la noche debido a ventanas que no se pueden abrir por las temperaturas exteriores o por los ruidos provenientes de la calle